4/17/2016

hacia el frente ciudadano: coalición y confrontación - solo el conflicto nos hará libres -




Cuando durante el discurso de Comodoro Py, poblado de indicaciones fundantes de esta nueva etapa opositora del FpV,   Cristina Kirchner propuso la formación del Frente Ciudadano, afirmaba el despliegue de una alternativa populista con historia en el peronismo bajo el liderazgo de Juan Perón pero también de Néstor Kirchner.

Los antecedentes frentistas fueron la convocatoria de Juan Perón al Frente Cívico de Liberación Nacional FRECILINA (1) -la declaración se hizo en la revista Las Bases, en febrero de 1972-; que revitalizó la ofensiva política del Movimiento Peronista contra el gobierno militar que encabezaba el dictador Lanusse y su deriva electoral posterior el Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), el frente liderado por el peronismo – que fue el que finalmente se presentó a los comicios el 11 de marzo de 1973.

Al respecto señala Juan Bozza: "La instalación pública del FRECILINA convirtió a Perón en el interlocutor necesario para hacer mínimamente predecible cualquier camino que el Gobierno tomara en pos de la institucionalización del país. En términos de acumulación política, constituyó una nueva avanzada del peronismo sobre el sistema de partidos; ya que, sin abandonar el amplio pacto intersectorial de "La Hora del Pueblo", integró a un conjunto de fuerzas partidarias a la órbita de una estrategia electoral y de gobierno, donde el Movimiento adquirió un hegemonismo indisputado. Paralelamente aceleró los mecanismos para el funcionamiento y la organización partidaria.

Los imperativos de la ampliación de la política de alianzas habían persuadido a Perón de la necesidad de la organización del Movimiento. El peronismo, como fuerza hegemónica de las principales coaliciones -institucionalizadoras-, debía «ordenar» su estructura interna, supeditando las reivindicaciones sectoriales a una dificultosa convivencia. Urgía encuadrar a las diversas vertientes bajo los dispositivos de control digitados por los «cuerpos orgánicos" del Movimiento y, a la vez, modificar la composición de estos últimos".

Más contemporáneamente la experiencia frentista recurrente en el populismo peronista adquiere la forma de Transversalidad, impulsada por Néstor Kirchner  en el lapso comprendido entre los años 2003 y 2008, finalmente clausurada por el conflicto abierto por la resolución 125 , el sistema de retenciones móviles, elaborado inicialmente según los extravagantes criterios técnicos del actual embajador en USA .

Sobre la transversalidad señalaba Néstor Kirchner : “Algunos han querido hacerlo servir para todo (al justicialismo). A los intereses concentrados de la economía, que la han transnacionalizado, que le han quitado el poder adquisitivo al conjunto de la sociedad, el manejo de nuestros recursos, de nuestras decisiones, les resultó fundamental tener el apoyo de una estructura como la del justicialismo, como la que consiguieron en la década del noventa. Eso les permitió avanzar dentro del campo de la democracia mucho más que, inclusive lo que pudieron hacer durante los propios procesos militares. Nosotros lo que queremos es que el justicialismo, convergiendo con fuerzas progresistas, con fuerzas de la centro izquierda, pueda construir una alternativa de gobernabilidad, que permita en la pluralidad y en el consenso reconstruir la Argentina” (2)

El actual impulso del Frente Ciudadano entonces, retoma una línea tradicional en el peronismo histórico y en su actualización kirchnerista. Articulación de fuerzas diversas con hegemonía kirchnerista, planteando un nuevo tipo de unidad histórica, donde el tradicional PJ, sobrepoblado de dirigentes peronistas no kirchneristas - cuando no abiertamente anti k-  ,vaya perdiendo centralidad, la que ganara precisamente durante el conflicto de la resolución 125.

Es muy temprano para avanzar más allá , y especular sobre el sentido que finalmente tendrá el Frente Ciudadano que propuso la Presidenta, sin embargo preocupa que algunos analistas supongan que implica el (re) comienzo de  una experiencia socialdemócrata, estructurada como frente no confrontativo y de baja densidad ideológica. Es un grave error conceptual que desconoce la dimensión de confrontación como fundante del Frente Ciudadano.

Y aún más, se trata de confrontar contra un proyecto de país antagónico que , "arrebata derechos conquistados" , despojo de conquistas populares que como punto de unidad  planteó Cristina Kirchner de manera nítida en su discurso liminar:

"Por eso les pido que no se enojen con otros argentinos, y les propongo esencialmente conformar un gran frente ciudadano, un frente ciudadano en el cual no se le pregunte a nadie a quién voto, ni de qué partido es, ni en qué sindicato está, o si es trabajador informal, formal, jubilado no jubilado, si paga ganancias o no paga ganancias, no se le pregunte nada de eso. Solo se le pregunte cómo te está yendo, te está yendo mejor o peor que antes. Entonces ése es el punto de unidad de los argentinos. Reclamar por los derechos que les han arrebatado".(3)

El componente populista  del Frente Ciudadano, su organización y discurso  general - tributarios de la década ganada - y en particular el liderazgo de Cristina Kirchner anula ab initio toda ilusión frentista de coalición sin confrontación , conflicto entre antagónicos que en definitiva es el que hace posible la experiencia populista, al tiempo que también garantiza la existencia misma del régimen democrático.

En palabras de Ernesto Laclau "Lo que yo no creo que pueda desaparecer nunca es el principio de la división social, que siempre va a existir y generar antagonismo. Uno puede plantear eso en términos de la distinción entre derecha e izquierda, pero en el futuro podría llegar a plantearse en términos distintos. Lo que no creo es que estemos avanzando hacia sociedades en las cuales haya un pensamiento único. (.) 

Una sociedad en la cual no hubiera adversarios funcionaría como una fórmula matemática, pero uno no tiene libertad dentro de una estructura matemática. La libertad supone que haya distintas posibilidades, y esas posibilidades suelen generar antagonismos. Por eso, la democracia requiere la oposición entre adversarios. Esa confrontación tiene que estar sometida a reglas, pero tiene que existir. Es como jugar al ajedrez: hay un sistema de reglas y hay dos adversarios, pero no se puede jugar si hay un solo jugador, o si hay dos, pero uno de ellos patea el tablero". (4)

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Notas

2 comentarios:

FL dijo...

Cristina no habló de los medios de "confrontación" o "conflicto" realmente efectivos (paros, movilizaciones) y cubrió a los empresarios que despiden, burócratas sindicales que dejan pasar el ajuste (UPCN!), diputados y senadores k que votan pagar a los buitres, gobernadoras que ajustan y reprimen. La "confrontación" es entonces, sólo... electoral. Hasta el 2019, sólo discurso.

Tato dijo...

RECLAMAR POR LOS DERECHOS ARREBATADOS NO SERA CONFRONTACIÓN?
no sea ......-!