La industria frigorífica advirtió por una caída del
consumo de carne, que impactó en la producción. La menor demanda hará que en
los próximos meses no se registren aumentos, en línea con la solución recesiva
del Gobierno a la alta inflación.
El consumo de carne vacuna por habitante fue en el
primer trimestre del año el segundo más bajo de la última década, con 55,9
kilos en promedio, según informó ayer la Cámara de la Industria y Comercio de
Carnes y Derivados (Ciccra). Luego de la devaluación, la quita de retenciones a
las exportaciones de carne vacuna y la eliminación de los controles de
exportación a través de los ROE, medidas que dispararon los precios de la
carne, en marzo el nivel de actividad de la industria frigorífica estuvo en el
puesto 27 de los últimos 37 años en la comparación para el mismo mes. La suba
de precios en la carnicerías es del 50 por ciento en apenas más de un año. “El
consumo de carne ha disminuido de manera significativa y la demanda se ha
nivelado con la escasa oferta. Esto nos permite suponer que no habrá aumentos
de precios en los próximos meses”, anticipa el informe.
En marzo, la producción de carne vacuna fue de 226
mil toneladas en res con hueso, una caída interanual del 5,3 por ciento. En el
primer trimestre la producción ascendió a 640 mil toneladas, una baja del 5,7
por ciento. Del total producido, el 93,5 por ciento se dirigió al mercado
interno. Esa proporción supone una baja anual del 5 por ciento. Es decir que
las ventas internas se deterioraron más que las exportaciones. De hecho, el 81
por ciento de la baja de la producción en el primer trimestre se explica por el
desempeño de las ventas locales. El consumo reaccionó a la disparada del precio
de la carne a fines del año pasado, a raíz de lo cual el propio ministro de
Agricultura, Ricardo Buryaile, llamó a un boicot a la compra de carne para que
bajen los precios, a pesar de que antes tomó las medidas de política económica
que motivaron ese comportamiento empresarial.
En los primeros tres meses el consumo anual
promedio por habitante se ubicó en 55,9 kilos, un 5,9 por ciento inferior al
del primer trimestre de 2015. Es la peor marca de los últimos diez años detrás
del año 2011, cuando el consumo fue de 53,9 kilos. El mejor año fue 2007, con
67,7 kilos de carne vacuna, seguido por 2009, 65,8 kilos, y 2013, con 60,8
kilos.
“La modificación de precios relativos a favor de
los derechos de exportación –vía devaluación y quita de retenciones– hizo que
en términos interanuales los precios de las carnes vacuna y aviar aumentaran en
mayor proporción que el nivel general de precios al consumidor. Mientras la
hacienda y la carne vacuna en el mostrador aumentaron un 50,8 por ciento en
relación a diciembre de 2014 y la carne aviar tuvo una suba de 66,4 por ciento
en quince meses, el nivel general del IPC acumuló un alza del 42,8 por ciento”,
explica el informe sectorial. Sin embargo, advierte que en lo que va del año el
poder explicativo de la carne en la inflación se redujo frente a la suba de las
tarifas de servicios públicos.
El otro destino de la producción ganadera fue el
mercado externo. De acuerdo a los datos del Senasa, en febrero se exportaron
8947 toneladas de carne vacuna, un retroceso de 4,5 por ciento mensual y una
caída interanual del orden del 13,7 por ciento. En el primer bimestre, las
ventas externas de carne vacuna alcanzaron las 18.318 toneladas, un 16 por
ciento menos que en el mismo período del año pasado. En particular, se
embarcaron 14.875 toneladas de cortes congelados y frescos de la cuota Hilton,
un 18,4 por ciento menos que en el primer bimestre de 2015.
La evolución negativa de las exportaciones
contrasta con el discurso macrista, que prometía una recuperación inmediata de
las colocaciones a partir de la devaluación, la eliminación de retenciones y la
liberalización de los cupos para exportar. En cambio, el efecto de esas medidas
fue un sensible aumento de precios que retrajo el consumo. Las exportaciones se
dirigieron a Chile, China, Israel, Rusia, Brasil y Alemania, entre los
principales destinos de los frigoríficos locales.
En función de la retracción de la demanda y del
fuerte aumento de precios acumulado en los últimos meses, el informe de la
cámara que agrupa a los frigoríficos estima que “no habrá aumentos de precios
de la carne en los próximos meses”.
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