Sobre la medición de la desigualdad en el seno de la OCDE. Entrevista
Martine Durand, la máxima responsable de estadística de la agencia de investigación más importante del mundo desarrollado, es probablemente la mejor especialista en materia de desigualdad. Hoy, le preguntamos su opinión acerca de su propio papel y el futuro de los índices sobre desigualdad.
Para entender de manera adecuada la desigualdad, según la opinión de la jefa de estadísticas de la OCDE Martine Durand, se necesitan criterios que reflejen todos los aspectos de la distribución de la renta, incluidos aquellos que operan en los sectores superiores.
El pasado otoño, en Guadalajara (México), la OCDE (la agencia oficial de análisis económico del mundo desarrollado) reunió a diferentes científicos sociales de todo el mundo en la celebración del 5º Foro Mundial sobre Estadísticas, Conocimiento y Políticas.
Uno de los mayores expertos mundiales en desigualdad, el ganador del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, inauguró la conferencia reconociendo la importancia de la labor de divulgación la OCDE, que nos ayuda a entender “que las sociedades más igualitarias presentan mejores resultados económicos” que aquellas más desiguales.
Para entender esto, es importante en gran medida observar los datos sobre riqueza recopilados por los estadísticos de la OCDE durante los últimos años. La economista francesa Martine Durand dirige los esfuerzos estadísticos de la OCDE, y el editor de Too Much Sam Pizzigati se aproxima a ese trabajo en una entrevista realizada con ella en las instalaciones del Foro Mundial de Guadalajara.
Too Much: Este foro de la OCDE ha tratado, en parte, de promover el establecimiento de instrumentos políticos centrados en el pueblo para la medición de la actividad económica. ¿Crees que un instrumento político puede ser descrito como “enfocado al pueblo” si al público le resulta difícil de entender? Por ejemplo, el coeficiente Gini para la medida de la desigualdad. ¿Llamarías a eso una herramienta de medición “enfocada al pueblo”?
Martine Durand: Todas las formas de medición deben ser sólidas conceptualmente. Pero no se puede decir que, porque una determinada manera de medir la realidad sea difícil de comprender o de explicar, necesitemos cambiar a otro método. Tenemos que ser serios.
Pero estoy de acuerdo en que el coeficiente Gini no debería ser el único método, ya que pone mucho énfasis en los niveles intermedios de la distribución de la renta. No obstante, queremos comprender qué sucede en todos los niveles de la distribución, los superiores y los inferiores, para lo cual existen métodos más sencillos que el coeficiente Gini. Existen índices, por ejemplo, que reflejan la proporción de la renta correspondiente al 10 % de la población que mayor renta percibe frente a los sectores poblacionales inferiores.
TM: El índice Palma, por ejemplo, compara el porcentaje de ingresos del 10 % que más recibe frente a los ingresos del 40 % que menor renta percibe.
Martine Durand: Sí, el índice Palma puede ser más fácil de entender. Pero creo que cada uno de los métodos disponibles tiene un enfoque particular; unos se centran en los niveles inferiores de la distribución, otros, en los superiores y Gini, en los intermedios. Todas estas fórmulas, bien explicadas, darán cuenta del panorama global sobre la distribución de la renta. En esto debería consistir nuestro enfoque “al pueblo”.
El coeficiente Gini no debería ser el único método empleado.
TM: ¿Actúa la OCDE para desarrollar un consenso general sobre un conjunto específico de fórmulas de medición de la desigualdad?
Durand: Si echa un vistazo a nuestros documentos, presentamos el coeficiente Gini y otros índices. Vamos más allá de la renta porque, con un enfoque centrado en las personas, hay que tener en cuenta que la desigualdad no solo se basa en las diferencias que afectan a la renta.
Por eso en nuestra publicación ¿Cómo va la vida? presentamos una serie de indicadores relativos a lo que realmente importa en la vida de las personas. Disponemos de una suerte de panel de mandos de índices de desigualdad, y en esto desempeñamos un papel importante. No emplearemos un único índice combinado de la desigualdad.
También hemos presentado en nuestro sitio web una herramienta llamadaCompare su ingreso. Los ciudadanos pueden visitarlo y comparar los ingresos de su hogar con la distribución de la renta por hogar de sus países. Pueden comparar dónde creen que se sitúan y cuál es la realidad. Pueden confrontar lo que sería para ellos una distribución óptima de la renta para su país y la distribución real. Así pueden observar la diferencia.
Hemos analizado recientemente estas percepciones para algunos países y observamos que las personas que se encuentran en los niveles superiores de distribución, los ciudadanos más ricos, tienden a pensar que son de clase media. Las personas más pobres también tienden a pensar lo mismo. En otras palabras, todos piensan que pertenecen a la clase media.
Esta herramienta pedagógica Compare su ingreso proporciona una visión de a lo que nos referimos cuando hablamos de renta. Pero también nos fijamos en otras desigualdades. Pensamos que es muy importante, porque las personas de renta baja tienden también a acumular desventajas en otras muchas áreas. Nuestra intención es mostrar la imagen completa.
La riqueza se ha distribuido de manera mucho más desigual que la renta.
TM: Hablemos de la riqueza. El instituto de investigación de Credit Suisse ha publicado recientemente su informe anual sobre la riqueza mundial (Global Wealth Report) y parece que la realización de informes sobre la riqueza en el mundo ha pasado a ser una actividad fundamentalmente privada. Existen informes llevado a cabo por todo tipo de empresas del sector financiero, desde Credit Suisse y Merril Lynch hasta Capgemini y Boston Consulting Group. ¿La OCDE tiene planeado realizar estudios similares?
Durand: Ya hemos empezado a hacerlo, de hecho. Recientemente, hemos publicado los resultados de un análisis sobre la distribución de la riqueza, del mismo modo que realizamos los informes sobre la distribución de la renta. Trabajamos con las oficinas estadísticas de los Estados y reunimos datos sobre la distribución de la riqueza en aquellos países que los ofrecen. Por ahora tenemos, creo, información sobre 18 países.
Con la riqueza, incluso en mayor medida que con la renta, sucede que los datos de los que disponemos y los que proceden de los países son divergentes. Esto nos obliga a dedicar mucho tiempo a armonizar la información.
Además, los datos muestran la misma situación que presentan los informes privados. Los resultados son que la riqueza está distribuida de manera más desigual que la renta. Existe una concentración mayor en el caso de la riqueza.
TM: ¿A ese respecto, qué papel tiene la OCDE en la protección del consumidor? Con todos estos estudios privados sobre la riqueza, suscitando muchos titulares, ¿cree que la OCDE, en el futuro, se dedicará a comparar estos informes privados o a criticarlos?
Durand: De hecho, en el documento que acabo de mencionar, hacemos un inventario de lo que se está haciendo y un análisis de la calidad de esas publicaciones. Así que, sí, es algo que hacemos. Y creemos que el informe de Credit Suisse es uno de los mejores.
También hemos publicado dos líneas de directrices: una sobre los estándares de medición de la riqueza en los hogares y otro para la medición de la distribución conjunta de los ingresos, consumo y riqueza por hogar.
Uno de nuestros principales cometidos es diseñar estos estándares, porque queremos asegurarnos de que los análisis comparativos que realizamos responden a realidades comparables. Es posible pensar que la renta en Francia es lo mismo que la renta en Estados Unidos, pero incluso la definición del hogar, la unidad básica de análisis, puede variar de un país a otro. Por ello nos encargamos de proporcionar directrices para las oficinas nacionales de estadística de forma que todos tengamos la misma perspectiva.
TM: En el pasado mes de agosto, la Comisión de Valores y Bolsa norteamericana adoptó un reglamento que implica la publicación anual por parte de las empresas de la diferencia de salario entre sus directivos y sus trabajadores medios. India, el año pasado, aprobó una ley similar y en el Reino Unido está habiendo un importante movimiento a favor de que se instauren requisitos similares para la revelación de esta información. ¿Defiende la OCDE una postura semejante sobre la promoción de nuevas fuentes de información, como estas normas de transparencia?
Durand: No lo creo, al menos por el momento. Pero, por otro lado, tenemos a disposición otro instrumento: nuestras directrices de buen gobierno de la empresa, que incluyen medidas como esa, y que revisamos de manera asidua.
jefa de estadísticas de la OCDE
http://toomuchonline.org/inequalitys-most-pivotal-scorekeeper/
Traducción:
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