6/29/2015

primera vuelta, la visión del frente renovador: "scioli será un presidente más autónomo del que se supone"




El fantasma que recorre el “círculo rojo” por estos días es que gane Daniel Scioli en octubre, no lo dejen gobernar, se profundice “el modelo” y que todos los problemas que viene arrastrando la economía se agraven. La hipótesis que prevalece es que Scioli estará maniatado por Carlos Zannini desde la Presidencia del estratégico Senado, por La Cámpora desde el Congreso (y la cada vez más amplia administración pública) y por “La Jefa”, que lo condicionará desde el llano. Atrapado en el medio de estos fórceps, Scioli no podría ensayar un cambio en la política económica y, temen los más pesimistas, el país se encaminaría a recorrer el derrotero venezolano.

Sin embargo, esta hipótesis merece ser puesta a prueba. Argentina es un país hiperpresidencialista y ocupar la Presidencia de la Nación no es un “cargo menor”, como dicen que dijo un famoso CEO. Quien ocupa el Poder Ejecutivo tiene facultades muy amplias para llevar (o, al menos, intentar) el barco al puerto deseado. Asimismo, de ganar Scioli, la amplia mayoría del actual Gabinete estará en el Congreso o en otros puestos a partir del 10-D. Es decir, Scioli podría nombrar a su propio Gabinete. La historia reciente muestra que el FpV siempre le impuso a DOS su vice, pero le permitió armar sus equipos de trabajo y gobernar a su antojo. La historia también enseña que el peronismo es verticalista y que quien gana, conduce. Mientras DOS no sacrifique las vacas sagradas de “el modelo” ni claudique en las conquistas de “la década ganada”, algo que el propio Scioli (con buen tino político) aseguró que no va a hacer, dispondrá de un campo más amplio del que se cree para ensayar un cambio en la política económica.

Asimismo, cambiar algunos rasgos centrales de la gestión económica no es una opción para DOS sino una obligación; esto también reconocen, sotto voce, algunos kirchneristas de paladar negro. Los desequilibrios macro se están acentuando a pasos agigantados y la economía está estancada desde finales de 2011. Si DOS quiere ser “el Presidente de la producción” y duplicar el PIB en diez años, como él mismo dijo en la última semana, deberá recuperar la coherencia macroeconómica. Los asesores económicos de Scioli lo saben. Reconocen que la economía está corta de dólares, que el tipo de cambio está atrasado, que las retenciones (y más aún con éstos precios internacionales) no encuentran justificativo, que la inversión es insuficiente y que la política fiscal, principalmente por el peso de los subsidios, se ha vuelto inconsistente. De todos modos, no lo van a escuchar a DOS diciendo esto en campaña. A lo sumo, argumentará que se irán solucionando los problemas con “gradualismo”. Seguramente, esa palabra sea la regla del juego en 2016, y no el “siga siga”.

Por supuesto, no debe descartarse una tensión en la relación entre Scioli y el FpV en caso de que el plan de acción sciolista tenga algún tufillo noventista, costos sociales o implique una claudicación de algunos de los logros de la década ganada. Allí podría originarse una crisis política. Scioli deberá ser lo suficientemente sagaz para no sacrificar las vacas sagradas kirchneristas (AUH, AA, YPF y otros símbolos litúrgicos) y aprovechar el campo de acción del que dispondrá. Aparecen, en el horizonte, algunos puntos que podrían tensionar el vínculo y derivar, en un extremo improbable, en una crisis política: Indec y holdouts. Una normalización del Indec implicaría aceptar que la pobreza es cuatro o cinco veces superior a la que admitió la Presidente ante la FAO y pagarle a los holdouts implica cambiar dos leyes, es decir, ir al Congreso. Son cuestiones no menores y que hacen al buen funcionamiento de la economía: sin un Indec normalizado y un arreglo con los holdouts, la prognosis sobre el futuro económico no es muy alentador.

En resumen, y yendo a contracorriente de la tesis dominante, creemos que Scioli será un presidente más autónomo del que se supone y que introducirá cambios en la política económica de modo gradual, como él cree. “Ni ajuste ni shock”, dijo en los últimos días. Si su plan será capaz de sacar la economía a flote es otra historia. Para eso falta mucho y aún le queda un gran desafío, el mayor de su vida, por delante: ganar las presidenciales y colgarse la banda.

3 comentarios:

Esteban dijo...

"Las retenciones no encuentran justificativo", lindos guachos estos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Habría que mandarlos a laburar a estos "anal istas". Son un desperdicio de oxígeno.

Anónimo dijo...

Pensar que antes se podían leer los análisis Analytica, pero ahora dan pena. Si para ellos, uno de los dos grandes problemas es el INDEC (el otro serian los holdouts), causas de una crisis politica, estamos al horno. O no entienden nada.