5/20/2015

la relación pro-fr, superestratégas: stand by

Arde la interna del PRO en la provincia, y la mesa chica porteña, ordenó a todos, alejarse de las figuras del massismo hasta que no se defina por donde pasarán las alianzas.


Desde hace tiempo, la expansión y el desprejuicio de Emilio Monzó, un operador político del PRO, nacido y criado en la provincia de Buenos Aires, choca con el celo y la desconfianza de los ultra macristas.

La denominada mesa chica, integrada por Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Jaime Durán Barba, y Nicolás Caputo, no termina de integrar al bonaerense a la elite amarilla. Aunque Monzó inició el camino para la alianza final con la UCR, este trofeo no alcanza para mitigar la desconfianza que existe entre ambas líneas internas. 

El ascenso de Daniel Scioli en todo el país, y su reafirmación en la provincia de Buenos Aires, tensionó aún más este proceso. Sucede que el territorio bonaerense es uno de los más difíciles para el candidato presidencial, Mauricio Macri. El aporte del radicalismo no alcanza para competir con el FpV, y ni siquiera resulta suficiente, para medir fuerzas con el massismo. Por eso, desde hace un tiempo, Monzó comenzó a desplegar líneas en este espacio, donde tiene varios viejos amigos.

El domingo pasado, el ministro de Gobierno porteño, reunió en Tigre, a los intendentes del Frente Renovador, Joaquín De la Torre (San Miguel) y Mario Meoni (Junín). Allí, buscó convencer a los massistas de un acuerdo entre ambas fuerzas, en la que Sergio Massa fuera a la provincia, y jugara en línea con la presidencial de Macri. Aunque no hubo coincidencias, porque los massistas negaron rotundamente un cambio de traje electoral para su jefe. Lo cierto es que la reunión marcó una instancia de diálogo, nacido de la mutua necesidad, que hasta la fecha había sido esquivada, o negada, por ambos sectores.

Pero el encuentro, que hoy tuvo un fuerte revote en todos los medios, provocó el enojo de los porteños. Cuentan que en la mesa chica, hubo reproches y se decidió que en lo inmediato, no habrá fotos ni encuentros públicos con los massistas. “Nadie se muestra cerca de algún candidato, dirigente, intendente, o quien sea del Frente Renovador” fue la orden que bajaron. La decisión no responde a una resistencia a la figura de Massa, sino al tiempo político que ellos calculan.

Para el macrismo duro, hermético, el líder del FR, está en decadencia. “Hay que dejar que siga ese proceso” indican, y esquivan el inicio de alianzas que en lo inmediato podrían generar más confusión que avances electorales. Esta medida, deja en stand by la jugada de Monzó, y anula, al menos por un tiempo, los audaces pasos del funcionario del gobierno porteño.

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