2/27/2015

polarización creciente



"Blanco o Negro. Dos proyectos antagónicos" 

Está claro que la gran electora de cara a las ejecutivas de octubre es Cristina Kirchner. Posee 50% de imagen positiva y si fuera candidata superaría cómodamente el 40% de los votos, ganando en primera vuelta. No solo los oficialistas conocen la sostenida popularidad de Cristina en el tramo final de su segundo gobierno, en especial lo saben los opositores sean estos corporativos ( sindical´s inclusive) , políticos, mediáticos o judiciales embarcados ahora mismo en la desesperada estrategia de "mecha lenta"que observara el comandante Hugo Chávez. 

Así lo demuestra también la virulenta confrontación de un sector opositor de la UIA expresada por su vocero el diputado del Frente Renovador, el opositor señor Vasco De Mendiguren, a los acuerdos con China que, según el contumaz devaluador, harían “peligrar el trabajo Argentino”. Paradojas de la opo, se trata del mismo “trabajo Argentino”  para cuya generación sus “representados” no invierten un centavo desde hace un lustro, por lo que el sostenimiento del empleo en el país recae exclusivamente sobre la inversión estatal. 

No conformes con la embestida de un sector del empresariado, tras la operación Nisman – cuyos fundamentos jurídicos ya fueron rechazados por el Juez Rafecas - el partido judicial tomó la vanguardia de la estrategia mecha lenta de desgaste al gobierno nacional en general y a la imagen de la Presidenta en particular, logrando como efecto lateral de esta intervención sistemática y desestabilizadora , que el nivel de polarización de la opinión pública sea el más intenso desde el observado en el año 2009, en medio de la crisis de la resolución 125. 

Al respecto, en el estudio nacional de consultora Equis realizado en la tercera semana de febrero, que replica uno similar realizado en noviembre de 2014, la pregunta por evaluación de la gestión de gobierno nacional se realiza en una escala simple que va de 1 a 10, siendo 10 la mejor evaluación y 1 la peor.

Se comparan las evaluaciones de la gestión de los dos gobiernos de Cristina, desagregados en los tramos que van desde el año 2007 al 2011 y el lapso comprendido entre octubre del año 2011 hasta el momento actual, evaluaciones tal cual son observadas en hoy.




Como se ve en el cuadro, la diferencia entre ambas calificaciones en promedio no es significativa, apenas 0,89 décimas de diferencia, siendo la evaluación del periodo 2007/ 2011 de 5,96 y la del tramo 2011/ 2015 de 5, 07.

Sin embargo, cuando se analiza la distribución interna de las preferencias de esa serie de evaluación de gestión comparada, se observa que el nivel de concentración de las preferencias recogidas en el año 2015, es la más alta registrada desde el año 2003. 

Para llegar a esta conclusión, se analiza la moda, el número que más se repite en la serie de evaluación, y se observa que, si en el período 2007/2011 la moda era de 7, en la serie de evaluación correspondiente al lapso comprendido entre los años 2011/ 2015 es de 1.

Esto implica que los entrevistados que se oponen al gobierno nacional tienen una evaluación de su gestión totalmente negativa, pero, en contrario sensu, aquellos que respaldan al gobierno del FPV evalúan absolutamente positivamente la gestión, y lo hacen de manera tan contundente que a pesar de la evaluación muy negativa del resto ( moda 1) , el promedio de la serie 2011-2015 es similar al observado para el período de gestión 2007/2011.

Es pertinente afirmar entonces que el nivel de preferencias promedio ha disminuido apenas un 17,7% en la evaluación comparativa de los tramos 2007/2011 vs. 2011/ 2015, sin embargo la modalidad de distribución de la serie ha mutado de manera dramática desde una distribución de preferencias relativamente homogénea con moda 7 para el lapso 2007-2011 a una serie distribuida de manera sumamente heterogénea y muy polarizada con moda 1, para el lapso comprendido entre los años 2011 y 2015.

Está planteada entonces ahora mismo y de hecho una polarización absoluta de preferencias en la evaluación de la gestión de gobierno y es esta polarización extrema la que da sustento al 5,07 de evaluación positiva de los años 2011/2015 a pesar de la moda 1 y sostiene también el 45% de imagen positiva actual de la Presidenta observada en el mismo estudio y replicada en diversos estudios de opinión, aún los de consultoras opositoras.


Esta estrategia de polarización supone la elección de un candidato que se haga cargo de la tensión existente en la opinión pública y manifieste absoluta identificación y lealtad a la figura de la Presidenta, la verdadera “dueña” de los votos oficialistas y la única capaz de dar impulso exitoso al candidato.

2 comentarios:

Boors de Gauves dijo...

Ok, comparto mayormente el análisis, pero me queda algo en el tintero que quisiera despejar. Si existe tamaña polarización, en la cual se expresan posturas y preferencias tan extremas. Cuál sería el riesgo de no polarizar, si aquel que destacó con un 10 la gestión no va a cambiar de preferencia por el hecho de que el discurso electoral se torne moderado.
El único problema que veo yo, no es si se polariza o no como estrategia electoral, sino si el candidato expresa o no su identificación con el modelo... A lo que voy, no sería tanto en el discurso que habría que poner énfasis sino más bien en la praxis. Aunque también se podría argumentar que el discurso es parte de la praxis.

Artemio López dijo...

Si hay identificacion hay polarizacion, es inescindible. Por eso no polarizar es grave expresa un error d electura del estado de op y una ausencia de conviccion e identificacion con el proyecto. No se trata de una discusión de estilos.
salu2!!