1/07/2015

la anomalía sciolista: de todo laberinto se sale por arriba


“En su noche toda mañana estriba:
de todo laberinto se sale por arriba"
Leopoldo Marechal


Existe una vasta campaña comunicacional de medios opositores y oficialistas que sitúan a Daniel Scioli como la inevitable alternativa del kircherismo. Ya es un lugar común que la de Scioli es una candidatura "natural" y esta es la idea que intenta instalar el propio Scioli y su entorno , para quienes el principal mérito comunicable del candidato es ser "el que más mide". Los fundamentos de esta "certeza" son en general tres:

1) Ganó las dos elecciones a gobernador de manera muy contundente: 48% en 2007 y 55% en 2011, aunque un par de puntos por debajo de CFK. 

2) Tiene el mayor nivel de popularidad y de caudal electoral: "mide más" que el kirchnerista “puro” mejor posicionado como se ve en el gráfico de apertura.

Cuando compiten entre si todos los candidatos posibles de todas las fuerzas,  en Buenos Aires el distrito que Daniel Scioli gobierna por segunda vez, se ubica 6 puntos por sobre Randazzo y bien por debajo de Macri y Massa, mostrando de manera transparente el desgaste que ya le propicia al Gobernador su segunda gestión bonaerese, con una evaluación positiva de apenas el 38%.


3) Su perfil tranquilo, moderado y dialoguista se supone ( falsamente) está más en sintonía con estado de opinión del "votante medio e independiente", lo que le permitiría ampliar aún más el caudal electoral del FpV por fuera de sus fronteras. También se “señala” en especial en los medios opositores que CFK finalmente hará primar la “racionalidad política” por sobre sus preferencias “ideológicas y de modos de gestión ” y no tendrá más remedio que nombrar a Daniel Scioli como su heredero, aun desconfiando de su fidelidad política y considerando que no representa al kirchnerismo en toda su extensión, como ha quedado demostrado más de una vez y en especial en los últimos meses.

Estos supuestos “datos de la realidad” son, cuanto menos, CUESTIONABLES: la valoración de la gestión bonaerense es mala y más baja que la del resto de las provincias, su eje de gobierno centrado en la inseguridad tiene bajos niveles de conocimiento y de aceptación,como se observa acá.







Daniel Scioli posee una mayor intención de voto en el interior del país que en su propio distrito, lo que permite afirmar que su caudal electoral no le es propio, y depende casi exclusivamente de su identificación con CFK  - . En efecto, Scioli por fuera del espacio del FPV mide 6%  y, agregando complejidad a su situación electoral , se detecta claramente que un sector del electorado  - 5% a 7% - podría votar indistintamente por Scioli o por Massa. Sucede que los atributos diferenciales de DOS respecto al líder del FR son francamente difusos.

Daniel Scioli es el “mejor candidato” sólo en el contexto de una disputa electoral estructurada según el modo de entender la política y su expresión electoral por parte de la oposición al kirchnerismo y puede situarse como el candidato adecuado solamente bajo el supuesto de consultores opositores que suponen a la inmensa mayoría  -70% - del electorado argentino como votante "independiente", pragmático , que prioriza a aquellos dirigentes moderados y con capacidad para evitar conflictos, tomando decisiones sostenidas en "grandes consensos" con las corporaciones.

Nada más alejado de la real situación de la opinión pública que muestra hoy un estado de polarización inédita desde el año 2003 y de fácil constatación.

Al respecto, en el estudio nacional de consultora Equis ya referido en este blog, la evaluación de la gestión de gobierno se realiza en una escala simple que va de 1 a 10 , siendo 10 la mejor evaluación y 1 la peor.

Se comparan las evaluaciones de la gestión de los dos gobiernos de Cristina, desagregados en los tramos que van desde el año 2007 al 2011 y el lapso comprendido entre octubre del año 2011 hasta el momento actual , evaluaciones tal cual son observadas en noviembre del año 2014.

Como se ve en el cuadro de apertura, la diferencia entre ambas calificaciones en promedio no es significativa, apenas 0,89 décimas de diferencia, siendo la evaluación del periodo 2007/ 2011 de 5,96 y la del tramo 2011/ 2014 de 5, 07.

Sin embargo , cuando se analiza la distribución interna de las preferencias de esa serie de evaluación de gestión comparada, se observa que el nivel de concentración de las preferencias recogidas en el año 2014, es la más alta registrada desde el año 2003. 

Para llegar a esta conclusión , se analiza la moda,  el número que más se repite en la serie de evaluación, y se observa que , si en el período 2007/2011 la moda era de 7, en la serie de evaluación correspondiente al lapso comprendido entre los años 2011/ 2014 es de 1.

Esto implica que los entrevistados que se oponen al gobierno nacional tienen una evaluación de su gestión muy negativa , pero, en contrario sensu,  aquellos que respaldan al gobierno del FPV evalúan muy positivamente la gestión , y lo hacen de manera tan pronunciada que a pesar de la evaluación muy negativa del resto ( moda 1) , el promedio de la serie 2011-2014 es similar al observado para el período de gestión  2007/2011.

Es pertinente afirmar entonces que el nivel de preferencias promedio ha disminuido apenas un 17,7% en la evaluación comparativa de los tramos 2007/2011 vs. 2011/ 2014, sin embargo la modalidad de distribución de la serie ha mutado de manera dramática desde una distribución de preferencias relativamente homogénea con moda 7 para el lapso 2007-2011 a una serie distribuída de manera sumamente heterogénea  y muy polarizada con moda 1,  para el lapso comprendido entre los años  2011 y 2014.

Está planteada entonces ahora mismo y de hecho una polarización absoluta de preferencias en la evaluación de la gestión de gobierno y es esta polarización extrema la que da sustento al 5,07 de evaluación positiva de los años 2011/2014 a pesar de la moda 1 y sostiene también el 45% de imagen positiva actual de la Presidenta observada en el mismo estudio y replicada en diversos estudios de opinión, aún los de consultoras opositoras.

Las indicaciones que surgen de esta constatación empírica son evidentes y dan sustento a nuestra hipótesis acerca de la necesidad de polarizar .

Definir a Scioli como el candidato del FpV implica aceptar un grave error conceptual y disponerse a dar la disputa electoral a partir de este “diagnóstico” opositor : “la gente” valora positivamente muchas de las medidas del gobierno nacional, pero “está cansada” de la confrontación.

Esto supondría en rigor un "hartazgo" colectivo con la afectación de intereses corporativos en beneficio del conjunto en particular los sectores populares, que es esto lo que está en la base del conflicto que instaló el kirchnerismo desde el año 2003 y que posibilitó, entre otras cosas,  la existencia de medidas valoradas positivamente por "la gente".

Optar por Daniel Scioli no solamente es comenzar la lucha electoral asumiendo como propios los valores del adversario, sino que además, y aún siendo el precandidato del FpV “mejor posicionado”, Scioli es incapaz de polarizar con sus rivales probables (Massa o Macri) por las propias características consensualistas extremas de su figura construída ya durante un cuarto de siglo.

En efecto Scioli es la figura política más veterana de las que están actualmente activas en las tres grandes fuerzas en competencia de cara a octubre , en un país donde el 60% de los electores tiene menos de 44 años como se ve en el gráfico que sigue.

Scioli está muy lejos de un triunfo en primera vuelta, tendría muy pocas chances en un eventual ballotage e, inclusive, podría poner en riesgo el piso electoral histórico del espacio político kirchnerista por el doble camino de apartamiento de la visión tradicional del kichnerismo sobre grandes temas de agenda y su frontera difusa con el electorado del Frente Renovador. Por lo tanto la inadecuación de Scioli como candidato del FpV va mucho más allá de un problema de confianza , de  que se crea o no en su pertenencia al proyecto kirchnerista, discusión abierta hoy con mucha intensidad.

Daniel Scioli no es el mejor candidato por un problema estructural. No lo es porque su candidatura se juega en el terreno propuesto por la oposición, Es un candidato posible si y solo si se asume como deseable la disputa electoral estructurada bajo el paradigma del pragmatismo extremo, que propala el arco opositor, en especial los medios y sus editorialistas de turno sostenidos por los intereses corporativos, que añoran la "pax romana " pre kirchnerista donde el paisaje bucólico de acumulación rapaz de los sectores dominantes, era regado cada tanto con polenta para los menesterosos que quedaban en las banquinas de la autopista a la felicidad. 

La evidencia de que el caudal electoral del kirchnerismo, y más aún la aprobación de sus medidas de gobierno, son sistemáticamente superiores a la valoración incluso de la “imagen” de Cristina, nos permite pensar que las motivaciones de voto exceden cualquier intento cuantitativo de medición. 

La fuerza electoral del kirchnerismo se sostiene en su capacidad de politizar cuestiones que parecían zanjadas, de volver a situarlas en el centro del debate. Esta forma de hacer política ha producido efectos profundos en una ciudadanía mucho más predispuesta a acordar con las principales decisiones tomadas por el kirchnerismo , que a votarlo o a valorar positivamente incluso la “imagen” de su líder indiscutida.

El  45% de los electores tiene hoy una imagen positiva de CFK , mientras que las principales medidas de gobierno son aprobadas por un número cercano al 80% , en paralelo la intención de voto a Daniel Scioli es de apenas 28,5% a nivel nacional, un nivel muy bajo que tributa a una fuerte percepción negativa de su gestión bonaerense tanto para los residentes en la provincia como para los habitantes de la Capital, distritos donde se realiza el 50% del electorado nacional.

Adicionalmente para Daniel Scioli -y en rgor del conjunto de los candidatos oficialistas posibles - todos los escenarios de ballotage son muy desfavorables. Tanto contra Macri cuanto enfrentando a Massa.

En definitiva, más allá de las operaciones y protección de medios oficialistas y opositores, Daniel Scioli es hoy un seguro fracaso electoral , además de una debacle política para el oficialismo.

Todo indica que no es persistiendo en este camino que el FpV logrará construir una alternativa política ni mucho menos una salida electoral con chances de éxito en las elecciones del año 2015. El oficialismo está metido en un laberinto del que debe salir , por arriba, como lo hicieron siempre Néstor y Cristina.

Ficha Técnica del Estudio
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Estudio nacional cuantitativo
Instrumento cerrado
Muestreo por provincias: ver anexo
1100 casos
Margen de error +/-3
Fecha
Diciembre 2014


Notas Relacionadas


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3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buen análisis. Sólo quiero agregar que también es mentira que Scioli haya sacado más votos que CFK en 2011. Si bien en el total país Cristina saco el 54,11% y Scioli para Gobernador sacó el 55,07, también es cierto que en la Provincia de Buenos Aires Cristina sacó 56,43. Aquí un vínculo donde se pueden ver los datos por distrito. http://www.elecciones.gov.ar/estadistica/archivos/2011_nacionales/resultados_nacionales_2011_total_pais.pdf

Artemio López dijo...

Perfecto! salu2!

Anónimo dijo...

Creo que el candidato del FPV es su gestión, y la presidenta lo dice abiertamente. Quedé muy decepcionado con el fracaso de la dirigencia política, que hizo eclosión en 2001, así que no presté mucha atención a lo que se hizo después. Pero me llamó la atención el buen manejo del embargo de la Fragata Libertad. También creí que la inflación se desbocaría, pero la manera en que se la está "cabalgando" es inédita para mí. Eso hizo que me informara mejor de lo realizado en años anteriores, consultando fuentes como el Banco Mundial, la CIA, y otros organismos internacionales. No creo que la mayoría de la gente haga esto, pero los directamente beneficiados por la política de distribuciónn perciben que han progresado sin necesidad de ver estadísticas. La virtud del FPV creo que ha sido no utilizar fórmulas ortodoxas en economía, lo que evitó lo que siempre sucedía, pronosticado por la mayoría de los economistas. Esto creo que es una de las contras principales que tienen todos los candidatos de la oposición, porque sus economistas serían incapaces de manejar esto. Es como alguien que maneja un auto que no se comporta como todos; si lo maneja alguien habituado a uno normal, seguramente lo chocará.