Contra
todo lo sostenido por los medios opositores y la derecha e izquierda
neoliberales - el sensato señor Blejer incluído en las filas de la droit motonautique and festive - , el
último cuatrimestre muestra un descenso en la conflictividad laboral que,
adicionalmente a medida que se plancha la actividad económica , se
encapsula crecientemente en el ámbito estatal, como es tradicional y
de público dominio.
Leemos
en el último informe del MTSS que la evolución de la conflictividad laboral de
2014 como se observa en el gráfico de apertura , muestra dos fases
diferenciadas: fue elevada entre enero y marzo, y desde abril desciende a
valores medios siguiendo una tendencia decreciente. Las fuertes disputas
laborales de principios de año enmarcaron las negociaciones para determinar las
pautas salariales de los trabajadores estatales.
La disminución y estabilización de la conflictividad
laboral a partir de abril expresa el adecuado encauzamiento de estas
negociaciones, en línea con lo ocurrido este año con las paritarias del ámbito
privado. Es posible, por último, que la desaceleración de la dinámica económica
y del empleo de los últimos meses haya contribuido en parte a atenuar los
reclamos laborales.
La evolución mensual de las jornadas individuales
no trabajadas por paro ilustra con claridad las diferencias entre ambos
períodos:
- en enero y febrero se registraron niveles
conflictividad laboral superiores a los bajos valores promedio constatados para
esos meses del año, y en marzo los niveles estuvieron muy por encima de los
registrados en años anteriores;
- en abril la conflictividad desciende
marcadamente, siguiendo luego una tendencia declinante que oscila entre valores
medios de la serie.
Los conflictos en el ámbito estatal
Los reclamos laborales de mayor incidencia fueron
impulsados por los trabajadores estatales, centralmente provinciales y
municipales, que protagonizaron el 65% de los conflictos con paro,
representaron el 78% de los huelguistas y dieron cuenta del 94% de las jornadas
individuales no trabajadas.
Los valores registrados en el ámbito estatal por
los tres indicadores de conflictividad en los primeros tres meses fueron los
más altos desde el año 2006. Sobresalieron en particular las numerosas jornadas
de paro realizadas por los docentes en varias provincias en el marco de las
negociaciones paritarias por salarios, aunque también creció la conflictividad
en otras áreas del estado.
Gran parte de las negociaciones estuvieron
encauzadas hacia fines de marzo y se fueron plasmando en acuerdos salariales
para las diferentes actividades y niveles estatales. A partir de abril el
número de jornadas no trabajadas, de huelguistas y de conflictos con paro
descendió a registros mensuales similares o inferiores a los de años
anteriores.
Los conflictos en el ámbito privado
En el sector privado la conflictividad laboral fue
significativamente menor que en el ámbito estatal: los conflictos con paro
representaron 35% del total, los huelguistas el 22% y las jornadas individuales
no trabajadas apenas el 6%. También fue inferior la incidencia de la
conflictividad en el terreno de las relaciones laborales de la actividad
privada, donde trabajan las dos terceras partes de los asalariados formales.
Los huelguistas y las jornadas individuales no
trabajadas registraron valores similares o inferiores comparados con años
anteriores, indicando que las negociaciones por salarios en el ámbito privado
se resolvieron sin que los grandes sindicatos de rama a nivel nacional
protagonizaran conflictos de relevancia.
Crecieron por su parte los conflictos en algunas
empresas privadas de tamaño reducido a principios de año, aunque a partir de
abril también este tipo de conflictividad se situó en niveles medios. Se
destaca finalmente en julio la caída de las disputas laborales en la mayor
parte de las actividades privadas, y en especial en la industria, donde se
registró uno de los valores más bajos del año.
Anexo Metodológico
Las estadísticas de conflictividad laboral
producidas por el MTEySS presentan algunas características que las diferencian
de las producidas por otros observatorios. Los tres rasgos que sobresalen son:
- la información sobre conflictos laborales se
recopila a partir de medios de prensa que cubren adecuadamente al conjunto del
territorio nacional;
- los principales indicadores de conflictividad se
construyen por referencia a las huelgas, eventos de contornos definidos que
nutren las estadísticas a nivel nacional e internacional desde hace más de un
siglo;
- la actividad huelguística se concibe como una
realidad compleja de múltiples dimensiones (extensión, tamaño y duración)
captada a través de tres indicadores: cantidad de conflictos con paro, cantidad
de huelguistas y cantidad de jornadas individuales no trabajadas.
Los observatorios privados que elaboran
estadísticas sobre este tema captan en comparación un número de conflictos
significativamente inferior y no elaboran el tipo de indicadores
mencionados.
Además, en algunos casos construyen datos que
carecen de rigor. Uno de estos observatorios informó recientemente sobre un
supuesto incremento del 37% de la conflictividad laboral con datos obtenidos de
la suma de acciones tan diferentes como las huelgas y las declaraciones o
conferencias de prensa de sindicalistas. El escaso valor de este indicador se
pone en evidencia cuando la cantidad de huelgas crece mientras las conferencias
disminuyen en un número mayor. Resultaría poco verosímil caracterizar esta
situación como una caída de la conflictividad laboral.
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