El FV, a 7
puntos de ganar nuevamente en primera vuelta
Lejos de constituirse en alternativa electoral propia, la oposición tiene como toda estrategia hoy la victimización permanente y la apuesta al error del oficialismo que lo conduzca al ballotage.
Nadie desconoce ya ni duda: El FpV es la primera
minoría electoral y duplica al mejor referente opositor, el Frente Renovador según el mosaico
objetivo delineado tras el 28 de Octubre de 2010 y aun agrupando al pan radicalismo de
manera forzada y arbitraria, la diferencia entre primera y segunda minoría no cae por debajo de
los 12 puntos, como se observa en el cuadro que abre el post generado
por el Ministerio del Interior.
Nada indica que ese paisaje electoral empeore para el
oficialismo tras un año como 2014, con crecimiento económico del 5% en promedio,
el despliegue de políticas sociales de gran escala, como la Asignación
Universal por Hijo, la mejor política social desde la recuperación democrática
actualizada por sobre el nivel de aumentos de precios, al igual que
jubilaciones y pensiones y el nivel promedio de paritarias todos por sobre
cualquier índice de inflación, incluso los privados realizados por consultoras
opositoras.
Por el contrario, el 33% de los votos del 27 de
octubre parece ser el piso electoral del FpV a nivel nacional.
Asumida la circunstancia de fragmentación opositora
como creciente e irreversible desde el año 2003, se refuerza la estrategia del
oficialismo que como lo hiciera en los años 2007 y 2011, apuesta al triunfo en primera
vuelta.
Observan los estrategas del FpV , que con sólo obtener el 40% de los votos no
hay riesgo de derrota pues ninguna alternativa se acerca a menos de 10 puntos y
en las elecciones presidenciales recordemos, se triunfa en primera vuelta si
alguna fuerza supera el 45% de los votos u obtiene el entre el 40% y el 45% y
más de 10 puntos de ventaja sobre la segunda fuerza.
En este sentido, todo el arco opositor confía en que el
oficialismo no alcanzará el ansiado 40% y ninguna oferta propia, sino el ballotage
resolverá su falta de liderazgo ya estructural.
Cabe destacar que 40% de votos positivos suponen 37%
de votos efectivos, sin nulos, impugnados y en blanco, lo que achica la base de
cálculo y da un impulso matemático, para alcanzar la meta del 40%.
Quién resultará segundo en la primera vuelta parece
ser hoy la real competencia entre las diversas expresiones de la oposición.
No es gran cosa, en especial tras decretar la muerte
del kirchnerismo durante casi un lustro desde la crisis de la 125, y es
especialmente poco atractiva la oferta para los segmentos de poder económico
con dos largos años por delante con crecimiento y oportunidades de negocios.
El ejemplo de Mauricio Macri ilustra el camino de la
oposición. A la espera de que las multitudes aclamaran su candidatura
presidencial, no se presentó en octubre de 2011 y debió precipitar su
postulación de cara a 2015 de manera extemporánea tras las elecciones de
octubre de este año. Su cálculo no consideró la aparición del Frente Renovador
encabezado por Sergio Massa que compite de manera notable por su mismo
electorado de centro derecha y para mal del Ingeniero Civil y su troupe, el FR logra
aún más penetración que el PRO en los sectores populares.
Así, a dos años de las elecciones nacionales, como sucediera
tras las elecciones de junio de 2009, lo que queda ver es si el oficialismo decide
una candidatura con el aval de la Presidenta y llega o no al 40% de votos.
Está lejos y cerca a la vez: Lo separan siete puntos
de votos efectivos del triunfo en primera vuelta, sin que ninguna alternativa
opositora pueda impedirlo por propia gravitación.
La corporación mediática opositora tomó nota de esta
realidad: no logró instalar un candidato hegemónico, ocupa el lugar de la
oposición política y confronta abiertamente con el oficialismo para evitar ese
40% intentando esmerilar a cada uno de los posibles candidatos oficialistas
eventuales.
Como efecto colateral en su tan activa confrontación, hunde cada
día más a los dirigentes opositores, que son los que finalmente concurrirán a
elecciones en el año 2015.
La presencia del Grupo Clarín como adversario, y las certeza
de que la verdadera confrontación es hoy Gobierno-Corporaciones, como en el
período 2009-2011 señalan el campo de disputa de cara al año 2015, invisibilizando
a la oposición política que tras la declaración de constitucionalidad de la ley
de medios quedo aturdida y en estado de perplejidad, con excepción de Elisa
Carrió, la dirigente opositora que mayor activismo muestra en la defensa
corporativa.
Ahora bien, esta estrategia del Gobierno nacional de sostener
este escenario es simétrica al accionar de los grupos mediáticos opositores,
por lo que cabe esperar una escalada del conflicto y ausencia creciente de
oposición política encarnada en dirigentes partidarios.
Es un escenario muy propicio al oficialismo - como lo
demostrara lo acontecido en el lapso 2009-2011- , si es que no comete errores
conceptuales fundados en desconocer que, a diferencia de los grupos mediáticos
que lo adversan, el oficialismo efectivamente constituirá una oferta electoral
en 2015.
La gestión de gobierno y el mensaje que la comunique,
entonces, debe realizar sintonía fina y tener en cuenta al conjunto, y no
constituirse exclusivamente de cara a su confrontación con los grupos mediáticos,
que aun siendo una disputa medular, no es tema que interese masivamente a la
ciudadanía.
Reiteramos, la gestión y su comunicación es el núcleo
de la suerte electoral del oficialismo.
En este sentido, garantizar la aplicación de la ley de
medios ya avalada en su constitucionalidad definitivamente por la Corte Suprema
es importante, pero lo es aún más , por citar dos grandes desafíos de la etapa
2013-2015, la generación de empleo genuino y formal - en particular en el
sector industrial que muestra hoy escaso dinamismo- y el sostenimiento de la tasa de cobertura
previsional - hoy la más alta de la región en torno al 95% - y mantener la
cobertura a pesar de la robusta tasa de informalidad laboral que afecta al 34%
de los asalariados - y al 62% de los monotributistas- y aparece inelástica a la baja desde el año
2008.
Así las cosas, desde el punto de vista electoral
el escenario configurado por las elecciones de medio mandato de este año
muestra una primera minoría oficialista muy consolidada en torno al 33% de los
votos con grandes chances de superar el 40% de los votos sostenido en la
gestión y su comunicación y un archipiélago opositor que difícilmente logre
resolver su fragmentación y apuesta a ingresar como segunda minoría al
ballotage, como lo hizo con anterioridad a las elecciones de 2011 con el
resultado que todos conocen y muy bien.
O no es así estimados lectores? Con una mano en el corazón contesten...
O no es así estimados lectores? Con una mano en el corazón contesten...
2 comentarios:
por hay por hay cantaba Garay,
la clave no es solo la gestión sino a quien se apunta en el ejercicio de la misma,si se mea fuera del tarro como en el tema de sectores informales como bien se señala en este blog,acerca de los monotributistas,y no se es consecuente con lo hecho hasta ahora puede que las presiones muy fuertes sufridas por los grupòs se multipliquen y puedan torcer el brazo .Todo con el peso indudable que puede tener el factor candidatos por supuesto.
Para ponerlo en un cuadrito
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