8/22/2013

nunca menos! restitución de aportes patronales

"Entre 1993 y 2000, dichas cargas se redujeron un 26%, pasando del 33% sobre los salarios brutos al 17,8%.La reducción de los aportes se "intentó sustituir" con la recaudación de impuestos específicos (sobre los servicios de gas y teléfono, sobre los bienes personales, sobre los bienes fuera del proceso productivo, sobre la renta, el petróleo y los cigarrillos) y con distintas asignaciones presupuestarias tendientes a sostener el financiamiento del sistema"
En su interesante estudio sobre el Sistema Previsional Argentino, Nuria Mendizábal (1) despliega una mirada ajustada y crítica sobre su funcionamiento en el último quinquenio, su finaciación, cobertura y niveles de actualización.

Finalmente sugiere la autora la restitución de aportes patronales a sus niveles previos a la reforma neoliberal de 1994 como medida de estricta necesidad gestiva para garantizar no solo solvencia fiscal al Estado Nacional, sino sustentabilidad al Sistema de Seguridad Social a mediano y largo plazo. 

Una discusión olvidada incluso por los sindicatos , siempre dispuestos a dar pelea contra el Estado opresor que rebana salario con impuesto a las ganancias (real) , pero menos activos contra las patronales voraces que restan eficacia a la protección de los trabajadores (más real)  .

Leemos a Mendizabal que con esto ganamos la Terecera Sección por digamos treinta (30) puntos y encima con el apoyo del Vasquito Mendicurren?

Los principales argumentos en favor de la reforma previsional del año 1994, planteaban que el régimen de capitalización permitiría la reducción del déficit crónico del sistema previsional, el incremento de su cobertura y un aumento del ahorro interno en el país, además de garantizar mayores ingresos para los jubilados y pensionados al momento del retiro. Se sostenía al mismo tiempo que la reforma del sistema, al dinamizar el mercado doméstico de capitales, impulsaría el crecimiento económico, impactando positivamente en las condiciones de vida de la población en su conjunto. 

Hoy, más de una década después, se hizo evidente que ninguno de estos argumentos se cumplió en la práctica. La reforma del régimen previsional en los años noventa no fue ajena a lo que aconteció en el conjunto de la economía argentina, en donde las políticas de corte neoliberal terminaron de consolidar las políticas aplicadas por la dictadura militar a mediados de los años setenta. En efecto, la combinación de la reforma previsional con la regresiva reconfiguración económica social impulsada en los noventa determinó la exclusión de amplias franjas de población de la cobertura previsional, proceso que profundizó la brecha entre trabajadores formales e informales, limitando la universalización de derechos y reforzando las desigualdades en la distribución de beneficios. 

Resulta claro, entonces, que mientras las consecuencias de la reforma previsional de 1994 fueron marcadamente negativas para los ingresos del Estado y de la clase trabajadora, esto no fue así para el sector financiero y el capital concentrado local e internacional, beneficiados por la proliferación de negocios financieros. 

En este marco, no se puede dejar de resaltar que la reestatización del sistema previsional ha sido una medida muy significativa, dado que apuntó a revertir una de las denominadas “reformas estructurales” llevadas adelante en la década del noventa.
 
No obstante, vale advertir que si bien los haberes jubilatorios se elevaron significativamente a lo largo de la posconvertibilidad, aún mantienen una brecha importante con respecto a las remuneraciones de la población activa. Si bien, la Ley de Movilidad Jubilatoria ha implicado un avance, ya que la actualización de los haberes jubilatorios no depende ya de la voluntad discrecional del Poder Ejecutivo como aconteció a lo largo de las últimas décadas, no implica necesariamente, como se analizó, una reducción de la brecha entre las remuneraciones de la población activa y pasiva.
 
A su vez, vale advertir que en la actualidad los recursos corrientes del sistema no posibilitan una elevación significativa y sustentable de las jubilaciones y pensiones. Asimismo, existe una importante presión sobre dichos recursos por parte de la importante cantidad de juicios previsionales que debe afrontar la ANSES: hay más de 350.000 juicios tramitados en los diez juzgados del fuero de la Seguridad Social, de los que actualmente se resuelve aproximadamente el 30%. En este momento, la Corte Suprema se encuentra deliberando, a partir de una causa iniciada por la Defensoría del Pueblo de la Nación contra el Estado, si debe aplicar la doctrina Badaro26 a todos los jubilados y pensionados, algo que implicaría una recomposición de haberes con un costo anual para la ANSES de $14.000 millones, algo que podría conllevar una situación de déficit para el sistema previsional.

En definitiva, resulta necesario llevar adelante concretas para incrementar significativamente los recursos del sistema de seguridad social no sólo para garantizar una elevación de los haberes jubilatorios sino también para garantizar la sustentabilidad en el tiempo de la AUH. En esta línea, se debe asegurar la capitalización del fondo para mantener el valor de sus activos en términos reales y la puesta en marcha de mecanismos al interior del sistema de seguridad social que permitan un incremento de sus recursos, de modo de garantizar su superávit en el mediano y largo plazo.

Se debe advertir que cerca del 40% de los recursos del sistema de seguridad social provienen de la recaudación de impuestos nacionales (entre ellos el IVA, carga regresiva en tanto afecta la totalidad de los ingresos de los sectores populares), cuyo incremento iría en detrimento de la capacidad adquisitiva del salario del conjunto de los trabajadores, socavando también los haberes jubilatorios.
 
En este sentido, sin desconocer la suma relevancia de un buen desenvolvimiento de la economía y del mercado de trabajo sobre los recursos de la ANSES, resulta de relevante plantear la necesidad de revertir el otro aspecto central que acompañó- la reforma previsional del año 1994: la reducción de las alícuotas patronales. Una medida que no hizo más que desfinanciar al sector público y perjudicar a los trabajadores en beneficio de los sectores empresarios.
 
En definitiva, un incremento efectivo de las alícuotas patronales, recuperando –al menos– el valor que tenían antes que se ejecutara en 1994 la reforma previsional, implicaría el ascenso del flujo de recursos mensuales del sistema de seguridad social. Además, permitiría una mejora significativa de la estructura distributiva argentina, aún profundamente desigual: en efecto, el proceso de expansión de la economía argentina durante la posconvertibilidad ha beneficiado, principalmente, a los grupos empresarios, con significativos incrementos en la productividad del trabajo en un contexto de costos laborales devaluados, incluso considerando la recuperación salarial de los últimos años. 

Sin dudas, incluso reconociendo los cambios progresivos acontecidos durante los últimos años, el incremento de las alícuotas de las contribuciones patronales permanece como una cuenta pendiente.

(1) "El sistema previsional argentino y su reestatización" por Nuria Mendizabal - Apuntes para el cambio - Año 1, Nº 1 Buenos Aires, noviembre - diciembre de 2011

PD: El que desee el estudio completo, en los comentarios lo pide dejando mail.


7 comentarios:

Musgrave dijo...

yo lo quiero musgrave.richard arroba gmail.com

Unknown dijo...

brenonuneschas@gmail.com

Nuevamente gracias!

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

Artenmio, ¿no habrá un error de cálculo al principio en la baja de aportes patronales de los 90'?

Porque lo correcto sería decir que eran del 26 % del salario bruto, las rabajaron en un tercio (33 %) y quedaron en un 17,8 %, ahí si darían los números, como está no.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

O a lo mejor la baja no fue del 26 % sino más, porque si eran del 33 % y pasaron al 17,8 % sería de un 46%, o sea más acentuada.

Si puede aclárelo que estamos armando un post sobre el tema.

corto dijo...

sería muy bueno ya que cada año, en la primer semana de febrero, el gobierno decreta:
http://www.boletinoficial.gov.ar/Inicio/index.castle?s=1&fea=04/02/2013
y lo fundamenta con el bastante neoliberal argumento de que la reducción de aportes genera empleo.
saludetes

Artemio López dijo...

Tasa de ganancia extraordinaria sin inversión en productividad genera, este que, genera...

Juan Manuel Valdés dijo...

jmvaldesre@gmail.com