6/29/2013

dilma no es lula

La sujeción de Dilma Rousseff a un paradigma socioeconómico más ortodoxo que el de su predecesor, en rigor distanciado de la segunda etapa heterodoxa de Lula, no se corresponde con el tipo de liderazgo que ella ejerce sobre la sociedad brasilera. 

En efecto, si el liderazgo de Lula desbordaba al de los límites de su partido, el de Dilma habría que probar si hoy se expande plenamente sobre el conjunto del propio PT.

En este contexto de crecientes transformaciones regionales en el modelo de integración cuyo punto de mayor visibilidad fue la cumbre de Mar del Platra 2005 , complementado con liderazgos y perspectivas socioeconómicas diversas en la principal economía regional, leemos en Analytica: 

Si bien la actividad económica global se viene recuperando y los riesgos de una profundización de la crisis financiera son menores a los de un año atrás, el entorno para los mercados emergentes se está complicando. La perspectiva de un menor estímulo monetario por parte de la Reserva Federal está subiendo las tasas de interés de los bonos del Tesoro Americano (que aún se mantienen en niveles históricamente muy bajos), fortaleciendo al dólar a nivel mundial y planchando los precios de las commodities.

Este contexto no llega a Brasil en un buen momento, pues varios de sus fundamentals ya no son tan atractivos como hace algunos años. De hecho, luego de crecer a un ritmo promedio de 4.1% i.a durante las dos presidencias de Lula, en los que va del gobierno de Dilma lo hizo a un ritmo promedio de sólo 1.8% i.a. Esta moderación responde básicamente al freno en la inversión: de crecer 7.6% i.a. entre 2003 y 2010 pasó a 0.4% i.a. en los últimos dos años.

Además, la inflación subió de 4.5% i.a. a 6.5% i.a., se detuvo la creación de empleos y la tasa de desempleo subió levemente. La pérdida de competitividad agravó los resultados del balance de pagos con un superávit comercial cada vez más reducido y un creciente déficit de la cuenta corriente.

La novedad es que a esta coyuntura se le agrega cierta inestabilidad política con las masivas marchas registradas en los últimos días. Aunque los reclamos son variados, es clara la demanda por más y mejor gasto en salud, educación e infraestructura básica.

Todo lo anterior potencia las dudas del mercado sobre las bondades del modelo brasileño. Tensión social, más gasto, tipo de cambio en alza y tasas de interés bajas no es combo que particularmente entusiasme a los inversores financieros. Por el contrario, hay bancos de inversión que están anticipando una baja de calificación para la deuda brasileña en 2014 y recomendando enfocar la mira en México, la nueva niña mimada de los mercados.

Dilma no es Lula. Las medidas que adoptó la Administración de Russeff presentan diferencias sustanciales con las de su antecesor. Lo más importante fue que ante la pérdida de competitividad que había tenido el real brasileño, el Banco Central de Brasil (BACEN) tuvo una postura más activa, interviniendo el mercado cambiario para evitar que el real se siga fortaleciendo. La intervención fue efectiva; el real subió más del 30% desde que Dilma asumió, dando señales de que no permitirían un dólar por debajo de 2 Reales.

Además de devaluar, el BACEN redujo las tasas de interés de referencia entre puntas, luego de idas y vueltas (subió la SELIC 2.5 pp. hasta 12.25% al principio del mandato, luego la redujo hasta el 7.0% y recientemente la subió a 8.0%). También fue más “heterodoxa” en cuanto a la política fiscal al llevar adelante un programa de reducción de carga tributaria para los productos industrializados y le dio mayor dinamismo al gasto público. 
 
Para evitar mayor presión sobre los precios redujo la tarifa de electricidad residencial cerca de 20%. Ante la pobre performance de la inversión, el gobierno anunció un ambicioso plan de obras de infraestructura por más de 440.000 M de Reales (10.4% del PBI) destinados a la mejora de puertos, rutas, aeropuertos, ferrocarriles y ampliación de la capacidad eléctrica.

A pesar de los problemas estructurales y las crecientes dudas del mercado financiero, la buena noticia es que en el corto plazo los indicadores vienen mejorando. En el primer trimestre de 2013 el PBI subió 1.9% i.a. impulsado por la recuperación de la inversión, que tras cuatro trimestres de caída subió 3.0% i.a. Por el lado de la oferta, lo más destacado fue el incremento en la producción agrícola con un alza del 17% i.a. 
 
Esta tendencia habría continuado en el segundo trimestre: de acuerdo al estimador mensual de la actividad económica que realiza el BACEN, en abril el nivel de actividad creció 0.8% respecto a marzo y 7.8% i.a. Esta mejora también se refleja en la industria (+8.8% i.a. en abril). El saldo comercial mejoró en los últimos meses y en junio volvió a ser positivo. Estos indicadores confirman nuestra expectativa de que el mayor socio del Mercosur crecerá alrededor de 2,5% este año, más del doble que en 2012.

¿Cómo impacta en Argentina? Autos mata apreciación. Que Brasil esté traccionando es una buena noticia para la Argentina, aunque una parte del efecto positivo se erosione por el debilitamiento del Real. Concretamente, 20% del total de las ventas externas de nuestro país se dirigen a Brasil, si consideramos las manufacturas industriales la participación sube a casi el 50% en tanto que si sólo contabilizamos material de transporte supera el 82%. Dicho de otra forma, prácticamente el 50% de lo que le vende Argentina a Brasil son autos. Por el lado de las importaciones, Brasil es nuestro principal proveedor al representar casi un tercio de las compras totales.

2 comentarios:

Lic. Baleno dijo...

Como la estan maltratando a Dilma. Folha de San Pablo dice que cayo 30 puntos de imagen en tres semanas. Y todos sabemos que la imagen es tudo.

Artemio López dijo...

Y bue, ya va a subir Baleno... salu2!