5/28/2013

trastienda de las movilizaciones


Por Eduardo Di Cola*

Nunca faltan los que de distinta manera, algunas más sutiles otras más explícitas, cuestionan la legitimidad del multitudinario festejo de la “década ganada”. 

Devalúan la autenticidad de quienes masivamente con alegría se sumaron al festejo colectivo. Buscan en la trastienda elementos que ellos consideran “deslegitimantes”. 

Le niegan la calidad de dirigentes a los que tienen la capacidad para vertebrar y conducir los movimientos sociales, menosprecian las convicciones de quienes participan activamente en ellos, muestran ómnibus estacionados y rescatan el espectáculo musical.

Llamativamente son lo que tienen la imperiosa necesidad de ocultar sus propios vergonzosos “backstage”.

Tres de los caceroleros más conocidos y activos de las redes sociales Yamil Santoro, Maximiliano Mai y Lucho Bugallo, el 16 de abril, solo dos días antes del cacerolazo, mantuvieron al menos una reunión en Brasil con la tristemente famosa “American Task Force Argentina" – ATFA –, en español “Grupo de Tareas Estadounidense para Argentina”, una organización representante de bonistas y fondos buitre que litigan contra nuestra país, entre los que se encuentra el propio fondo del pirata Paul Singer, el mismo que nos embargó la Fragata Libertad en Ghana y contra quien estamos pleiteando en la Corte de Nueva York.

A los contactos los mantuvieron en secreto hasta que al tomar estado público nos les quedó otra alternativa que transparentarlo e intentar justificarse con una serie de absurdas explicaciones.

Dicen que no saben quién los financió ni que pretendían y se desligan de responsabilidades entre sí. No pueden desconocer el viaje por la simple razón que viajaron. La propia Diputada Patricia Bullrich debió aceptarlo.

Supongamos que ingenuamente confiamos en las justificaciones y estamos dispuestos a comprenderlos. Pero lamentablemente para ellos hay algo que va más allá de nuestra voluntad, y es que “los enemigos de la patria los consideran sus aliados”.

Estos sectores minoritarios pero con mucho poder, necesitan para la defensa de sus intereses que la mayor parte de la sociedad no tenga consciencia de la satisfacción que significa sentirse parte de un proyecto colectivo. 

Y muchas veces sin percibirlo son empujados a recorrer andariveles contrarios a la Nación. No quieren que revaloricen su esfuerzo, el que junto al de todos los argentinos permitió que hoy tengamos un país mejor que el de hace una década.

Como nos enseñó Arturo Jauretche: “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.

*Ex Diputado Nacional

No hay comentarios.: